Quiero escribir algo que no me sepa a
restos de ginebra y comida.
Quizá lo haga el día que deje la
bebida para ponerme en orden. Para colocarme en un sitio bonito, y
después vomitar flores. Quiero no tener que limpiar todo el
estropicio luego.
Quiero a alguien que me recuerde que
soy alguien. Que me baile el agua y me impida bajar de este tren. Que
sea nuestro refugio, aunque no lleve a ninguna parte.
Quiero olvidarme del día en el que
estamos. Quiero contar con alguien que me abrace cuando no me soporto
y no con los dedos. Quiero hablar de cosas insignificantes. Quiero
contarte por qué efímero es una palabra demasiado bonita para existir
en un mundo que está enfermo. Quiero enseñarte que si me pinchas
también sangro. Quiero que sepas que somos un conjunto de infinitos
sucesos que se ha encontrado en un mismo espacio-tiempo pero que a mi
me gusta llamarlo destino.
Quiero dibujar un círculo en el que
solo quepamos tu y yo. Que me leas entre líneas y yo contarte las de
las manos. Que me consumas y guardes mis restos. Y si da tiempo, que
lo perdamos.
Quiero, no tener que perderte,
para saber que te he encontrado.
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