martes, 5 de agosto de 2014



   Llegaste como suelen llegar las cosas,
Que no tienen mucho sentido..

Llegaste claro, río, abril.

Llegaste para ser balanza
Para ser profesor
De cómo saber caminar
Mas despacio

Y para ser la huella, 
De la que tanto hablan
Esa que te toca
Y te deja tocada

Llegaste para ser el
complejo sistema de láminas
círculos y otras formas
que te descolocan
hasta las vértebras

Y para ser el refugio
De la peor 
Guerra de cuerpos
De la historia

Llegaste de tantas maneras
que al final
todo se resume en ti,
eres el conjunto
Eres tú, y yo contigo.
Qué coño,
somos nosotros,
y nosotros,

es algo grande.
      
porque le quiero como si me lo hubieran
arrancado de los ojos


     Y curiosamente, aquella mañana se coló por las rejillas de mi persiana el mismo color anaranjado de la primera vez que estuve a centímetros de su boca, pero esta vez no estaba en sus ojos ni estaba su olor. Esa mañana no desperté en el calor de su colchón y el frio áspero de sus pies, no estaban sus brazos ni su entrecortada respiración; no había mas que una papelera llena de letras que nunca te dije y un poco de insomnio cortando el aire.

 Qué típico.
 Que estúpida.

     Me levanté a llenarme la taza de algo que no me supiera a rutina y me puse a pensar en lo que había estado evitando, y es que no estábamos hechos de un material que encajara pero desprendíamos mas energía que una estrella antes de apagarse.

 Ahora las quemaduras me arden tanto si me alejo como si me acerco a ti, y joder, que desesperante esto de volver a hablar de precipicios y de que si tristeza y de que si poesía autodestructiva antes de volver a caer en la espiral del sueño. He pensado en cortarme los párpados para que no vuelvan a pesarme como tu ausencia, la ausencia de tus dedos haciendo volteretas por los lunares de mi espalda y la ausencia de la puta palabra ausencia que me cala hasta los huesos cuando tengo cena para dos y hambre para ninguno. 

   Y ahora tenía que ser el momento de darme cuenta que cuando pierdes a quien te da la libertad, vives toda tu vida con la lengua llena de remordimientos…y las manos vacías.

sábado, 2 de agosto de 2014

Si eres una de esas chicas llena de inseguridades que camina por la calle colocándose el pelo o mirando hacia otro lado cada vez que pasa alguien, quizá deberías quedarte a leer esto.

    Sé que tu también tienes un pequeño mundo caótico en tu interior y unas ganas enormes por destruirlo. Que aunque tengas personas que te acompañan a veces te sientes un poquito sola y se te viene el techo encima y no sabes con que martillo golpearlo esta vez..
Sé que ocultas cosas que nunca dirás porque piensas que dirán que estas loca, que quieres llamar la atención y toda esa palabrería que la gente suelta por la boca y que ya has escuchado demasiadas veces.
   También se lo de las ganas de compartir, no tu vida, pero al menos un trocito de ti con ese alguien que te libre del nudo en la garganta que tanto te incomoda; pero reconozco que hay que tener valentía y un poquito de amor propio para pensar que te mereces a una persona que lama tus heridas cuando sangren, aquella que no le quite la blusa a tu piel sino a tu alma, que la desnude y cosa sus grietas.
   Déjame decirte, y con perdón, que tienes unas estrías horribles marcadas en el corazón, porque las de tu piel son preciosas cicatrices que recuerdan que eres humana, y por desgracia o por fortuna, imperfecta.
Quiero que sepas que no eres la única que llora sin razones y con miles de ellas, yo también me he mirado al espejo deseando ser otra porque ser yo nunca será suficiente.
A mi al igual que a ti me han hecho daño con palabras que dolían más que balas, pero también he sido cruel, vengativa y retorcida. Al fin y al cabo no se puede apretar el gatillo más lento o más suave para que el balazo duela menos, quiero decir, que el impacto depende de la persona que te dispare y de la proximidad que esta tenga a tu corazón.

Que no te engañen, que las chicas bonitas son las que están llenas de quemaduras, y aún así siguen apostando por el fuego.

viernes, 1 de agosto de 2014



Vivimos en una generación de cobardes,

donde la pantalla se convirtió en lo mas importante.
En ese lugar en el que las comidas pasaron a ser fotografías cargadas de tristes filtros,
y las esperas ya no buscan miradas donde perderse..y encontrarse.

Vivimos en la generación de amores platónicos e inalcanzables,
de idolatrías a cuerpos inexistentes 
y ambición por lo imposible.

Es triste ponerse a pensar que las manos ya no se tocan de la misma manera y que los sentimientos ya no se escuchan, tan solo se leen a una larga distancia..

Que nos hemos llenado de odio y orgullo ya incluso antes de que pase algo
que realmente pueda herirnos, y cerramos nuestras almas a las otras,
y caminamos
mirando al suelo
porque el contacto visual ahora es cosa de valientes.

Vivo en un mundo donde las cicatrices han de taparse porque las imperfecciones
no están aceptadas.
¿Hemos dejado ya de ser humanos?
Quizá prefiramos soñar que alguien llegará tirando piedrecitas a nuestra ventana con 
un ramo de rosas en la mano y un peluche gigante, y aunque sabemos que eso no va a pasar
no nos importa.

Quizá prefiramos lo material a que nos miren cuando dormimos y no nos digan nada a la
mañana siguiente.

La hipocresía y el aparentar son ahora lo primero en nuestra lista de prioridades.
Y los hombres ya no buscan a la chica de la media sonrisa y los ojos profundos;
ahora solo quieren un cuerpo que llevarse a la cama
y unos labios gastados
que no hablen mucho,
pues también se les ha olvidado el significado del verbo escuchar, o ni siquiera se lo han enseñado.
Ellas sin embargo ahora no solo se pintan los ojos sino el alma,
y tapan con parches de indiferencia los agujeros de su autoestima
y ríen sus gracias, las de ellos, cargadas de ignorancia
y egocentrismo.
Hasta que llega otra,
con menos ropa y mas escote.
Y la personalidad pasa entonces a un segundo plano,
junto con los sueños..y se pierden en un agujero negro de una galaxia muy lejana
llamada realidad.
                                                                                S.Rastelli
¿Quién dijo que las verdades a medias no son bonitas?
Que mis ojos observando su perfil no esperan que el lado
opuesto sea igual de maravilloso.
Que las puestas de sol no proporcionen calma o incluso placer
o que ocultar la mitad del daño a las personas que queremos
no es incluso digno de admiración.


Pero...
sé que no dormiría tranquila sabiendo que la otra mitad de su cara
esconde un pequeño lunar
situado en la comisura de sus labios,
ni me quedaría satisfecha sin conocer qué tipo de 
mundo se sitúa bajo el medio Sol que oculta el océano.
Quiero decir que viene dado en nuestra naturaleza,
porque preferimos las verdades desnudas 
a las mentiras pintadas de rosa.

                                                                                         S.Rastelli